Comida y adicción

Cuando utilizamos el término adicción (comportamiento que no puedo controlar), es como si quedara implícito que nos estamos refiriendo a alcohol, drogas o cigarrillos. Entendemos que si no hacemos ninguna de estas tres, estamos libres de comportamientos adictivos.

De verdad quisiera que fuera así, pero no es la realidad. Podemos desarrollar adicción a un gran número de sustancias y comportamientos, pero hay una que está cobrando muchas vidas y mucha calidad de vida, y ni siquiera la estamos asociando a algo realmente preocupante: adicción a la comida.

Comer es algo que el ser humano necesita para sobrevivir y quizás por esto no se despierta el mismo sentimiento cuando vemos a alguien comiendo en exceso que cuando vemos a alguien fumando o tomando alcohol en exceso. Y justo ahí está el peligro. En muchas ocasiones la alerta llega cuando ya tenemos que lidiar con un comportamiento adictivo enraizado y con una o varias condiciones de salud que han llegado debido a ese comportamiento: obesidad, hipertensión, diabetes, triglicéridos altos, síndrome metabólico, etc, etc, etc.

¿Por qué comemos?

¿Porque es la hora o porque realmente siento hambre y debo poner combustible a mi cuerpo? ¿O porque la comida hoy día está tan accesible que se me antoja probar eso que está en la caja registradora cuando voy a pagar en la farmacia? Sí, hoy día tenemos “comida” (si se le puede llamar a eso comida) en todos los lugares a los que vamos. Y claro, ¿qué tiene la mayor parte de esa comida procesada y de fácil acceso que consumimos? Azúcar; una sustancia que ya se ha demostrado que puede ser tan adictiva y nociva como la cocaína. Es este ingrediente muchas veces el arma secreta tras no poder parar de comer algo, o de los antojos descontrolados. 

Si actualmente sientes que no tienes una buena relación con tu alimentación, si sientes que se te ha salido de las manos, o que tus patrones de comida no parecen estar apoyando tus objetivos de salud y bienestar, aquí te dejo algunas estrategias simples que te colocan en el camino hacia una mejor forma de comer:

  • Reconocer que en una buena alimentación no solo es importante QUÉ voy a comer, sino que hay que prestar atención a CUÁNDO y CÓMO voy a comer. No vale la pena comerte una comida saludable en 10 minutos dentro de un carro o parado en la cocina. Y no es cierto que comer 6 veces al día es bueno para tu metabolismo; puedes estar creando de manera progresiva una resistencia a la insulina cuando te mantienes todo el día comiendo. Tomar nota de tu comportamiento alrededor de tu alimentación, puede abrir tus ojos. 

  • Volver a conectar nuevamente con los alimentos enteros; con su sabor y textura. Conexión que en muchas ocasiones hemos perdido por preferir esa comida que es conveniente, que se prepara rápido y tiene sabores fuertes. Sabores que un grupo de personas en un laboratorio han diseñado para que quieras consumirla cada vez más y más. Detenerte a estar presente mientras la preparas, la sirves y la consumes - te hará notar realmente lo que estás llevando a tu boca, conectar con eso, y luego cuando comas algo procesado, notarás la diferencia porque estás ¡reeducando tu paladar!

  • Leer las etiquetas de los productos que consumo habitualmente, para detectar azúcar añadida, entre otros ingredientes que son agregados para aumentar mi consumo. ¡Muchas veces ni sabemos que los estamos comiendo! Este conocimiento puede empoderarte a hacer mejores elecciones, optar por productos menos procesados, más cerca de su estado natural. 

  • Reconocer cuándo me estoy comiendo mis emociones. Antes de llevarme ese dulce o helado a la boca, revisar si hay alguna razón que pueda estar influyendo en ese antojo: ¿Cómo me siento actualmente? ¿Cómo va mi vida? ¿Cómo van mis relaciones importantes? ¿Realmente tengo hambre de alimentos o de conexión? ¿Cómo me siento luego de comer sin hambre?

Estos aspectos pueden componer un buen plan de acción inicial para limpiar tu alimentación, ya sea que sospeches tener algún tipo de adicción o no. Claro está, si aún tomándolos en cuenta sientes que no puedes solo, busca ayuda de un profesional de la salud alimenticia para mayor apoyo. 
En bienestar no se trata de hacerlo todo perfecto, se trata de apuntarle a tomar buenas decisiones en un 85-90% de las veces y permitirme experimentar con ese 15%. Creo que todo tiene un espacio en nuestra vida, siempre que no afecte lo más valioso que tenemos: la disponibilidad de nuestro cuerpo.

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

Administrar mis niveles de energia

Siguiente
Siguiente

Magnesio y salud