Confinamiento mental

Algo que nos trajo la pandemia del 2020 es aprender a vivir con esto del confinamiento físico. Todos hemos tenido que replantearnos la forma en que nos relacionamos con los demás (distanciamiento, mascarilla, etc.) y la forma en que realizamos actividades importantes (ir al supermercado o la farmacia, recibir técnico en casa, etc.). Y sí, esto definitivamente ha afectado la forma en que nos relacionamos.

Pero el verdadero reto que tenemos no es salir adelante con el confinamiento físico, es replantearnos cómo vamos a trabajar nuestro confinamiento mental que tanto poder ejerce sobre nosotros.

Y una forma de empezar es ser intencionales en sacar lo positivo de esta situación. No vivimos en una realidad real, vivimos la realidad que hemos creado de acuerdo a nuestras creencias, programaciones y los roles que tenemos. Y esto es una buena noticia, porque si no estamos a gusto con esa realidad que vivimos, podemos empezar a cambiarla.

Decimos que estamos agobiados por el encierro. Que extrañamos las actividades que realizábamos, y quizás sea el momento para hacernos algunas preguntas: ¿Realmente valoraba yo esas cosas que extraño o las daba por sentado? ¿Qué he aprendido de mí en este proceso? ¿Qué puedo ver hoy que antes no veía?¿Qué cosas voy a empezar a hacer diferente? ¿Qué he aprendido de mi pareja? ¿De mis hijos? ¿De las personas importantes en mi vida?

Nos encontramos en el mejor momento para mirar hacia adentro y trabajar ese confinamiento mental, que es el que en realidad nos agobia. El que no permite que veamos que como seres humanos somos mucho más que los roles que desempeñamos y las cosas que tenemos. Vernos reflejados en esta mirada del SER, y mirar de esta forma a todas las personas a nuestro alrededor, incluyendo nuestra familia. Sintiendo como cada uno de ellos es potencialidad pura y viendo la grandeza y el valor de cada uno como ser humano, y no solo desde la óptica del rol que cumple cada uno en nuestras vidas.

Mi invitación hoy es a que miremos hacia dentro; y así, más que desear que se acabe el confinamiento físico, liberarnos de nuestro confinamiento mental. No solo en tiempos de crisis, sino para toda la vida.

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