¿Conoces tus prioridades?

Un reto al que todos nos enfrentamos de manera diaria, es a hacer la mejor utilización del tiempo posible. Sabemos que es nuestro mayor recurso, pues no existe una manera de reponerlo o de crear tiempo adicional.

Visto de esta manera, esto puede causarnos un poco de ansiedad o la conocida parálisis por análisis: Tenemos tantas cosas interesantes que queremos hacer en el día, que no hacemos ninguna; o vamos brincando de una a otra y al final no quedan con la calidad que sabemos que podemos hacerlas, y llega ese sentimiento de culpa.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Priorizar. Lo que nos falta no es tiempo para hacer todo lo que queremos, lo que nos falta es establecer qué debe ir primero y qué debe quedarse para luego. Cada uno de nosotros tiene derecho a definir qué es lo importante en su vida en esta etapa, pero debemos ser conscientes de las consecuencias que traerán nuestras decisiones.

Algo muy interesante y curioso que leí de Peter Drucker, es que la palabra “prioridad” se mantuvo en singular hasta los tiempos de la revolución industrial; de ahí en adelante es que ha surgido su versión en plural y vemos como hoy no es nada raro que tengamos 18 prioridad-es en un día (no estoy exagerando). De ahí viene esa sensación de que “no tenemos tiempo”, lo que genera todo tipo de ansiedades.

Un primer paso en este sentido de definir prioridad, es sentarte a revisar qué es importante y qué cosas quieres lograr en las diferentes áreas importantes de vida. Para esto, puedes contestar las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es eso que quiero?

  • ¿Por qué y para qué lo quiero?

  • ¿Qué es lo más importante que puedo hacer en este momento para acercarme a eso?

El próximo paso sería colocar esas 3-5 cosas en tu agenda que sin duda harán que te acerques a esas prioridades que definiste; y claro, hacer el compromiso contigo de accionar. 

Esto nos parece tan simple que no lo hacemos. Sentimos que si es tan simple no traerá grandes resultados y pasamos por alto ese valor que tienen las pequeñas acciones realizadas de manera sostenida en el tiempo. El que sea simple no quiere decir que sea fácil, pues definitivamente requiere que hagamos el trabajo; y entonces cuando no vemos resultados en el tiempo que queremos, cambiamos las prioridades y seguimos regresando al punto de partida.

Algo que en lo personal me funciona, es agendar mis prioridades a primera hora del día, utilizando la siguiente estrategia: mantengo mi agenda bloqueada las 3 primeras horas de mi día y el teléfono en “modo avión”. De esta manera, si el día se complica, me aseguro de haber realizado esas cosas que definí como las más importantes para mí.

Hay quienes realizan las prioridades antes de mediodía y no dedican tiempo a nada que no esté definido como prioridad antes de las 12 ó 1pm. No tienes que tomar una de estas maneras y no tienes que hacerlo perfecto; mantenerte flexible es lo que va a garantizar la sostenibilidad de este tipo de prácticas. La invitación es a que definas qué te funcionaría para asegurar que cada día realices las cosas que para ti son importantes y no verte acudiendo a la excusa favorita de todos los tiempos: “no tengo tiempo”.

Cada día que dejas de realizar esas cosas que tienen valor para ti, tu bienestar se afecta; y más temprano que tarde llegarán la ansiedad, altos niveles de estrés, depresión, baja energía y empiezas a perder la conexión contigo, con todo y todos los que te rodean.

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

Libertad de o libertad para

Siguiente
Siguiente

El desayuno no es la comida más importante del día