Decir que no

Leí por ahí que decir que no es un arte. En un principio me chocó, pero pronto pensé que en efecto, cualquiera lo dice, pero no muchos consiguen hacerlo desde una plataforma de asertividad, con absoluta sinceridad e, incluso, desde el amor. He escuchado, recibido y hasta dicho mi “no” irreverente, hasta arrogante, creyendo que sumo algo por no estar diciendo que sí a todo. Pero, como toda manifestación artística, aprender a realmente hacerlo con gracia, requiere irlo trabajando hasta que, a través de la práctica, me sienta realmente cómodo y me salga con naturalidad.

Aunque suene a cosa sin mucho efecto, aprender a no asentir a todo desde un “no” bien logrado, es una herramienta que puede sumar muchísimo a tu calidad de vida, impactando directamente tu salud emocional. Hacerlo supone una mejor pensada colección de momentos a los que decides dedicar tu atención, por tanto una mayor cantidad de oportunidades para estar presente y enfocado en eso que realmente quieres.

¿Por qué me atrevo a declarar que decir que no puede aportar valor a tu vida?

Soy de los que piensa que puedes hacer todo lo que quieras y te propongas en la vida, sólo que priorizando y no queriendo hacer todo al mismo tiempo. Y esta es la parte que a veces nos frustra, pues:

  1. Nos han vendido el multitasking como un super poder,

  2. Nos comparamos, y

  3. Queremos ver resultados rápidos.

La realidad es que en las redes sociales, nuestro ámbito preferido estos días, no se suele ver el burnout que produce ese multitasking, o cómo por hacer mil cosas no hacemos ninguna en excelencia; tampoco los años de trabajo, esfuerzo y sacrificio tras el éxito de alguien; ni los precios pagados por alcanzar resultados (no solo en dinero, sino en calidad de vida o en relaciones interpersonales).

Así, al definir claramente lo que quieres, y trazar el plan hacia ello, en el camino debes ir pasando cada propuesta o decisión por el filtro de si te alejará o acercará a esa visión. Si el veredicto es que te aleja o atrasa, toca el famoso No. Y, decir que no a lo que no quieres es fácil; el verdadero reto está en que para lograr esos objetivos que te has planteado, tendrás que decir que no a cosas que sí quieres. Es importante tener en cuenta que al decir que sí a alguien o algo, podrías estar diciendo que no a algo importante para ti: tiempo a solas, tu familia, tu proyecto, ejercitarte, etc.

Mi invitación es a que en vez de asociarlo a un rechazo, la próxima vez que digas digas no, lo hagas desde la óptica de apoyar tu crecimiento; pensando en los objetivos y prioridades que has establecido para ti. Siéntete orgulloso por eso a lo que has dado una negativa asertiva, pues te permitirá disfrutar a plenitud las cosas que has priorizado y dado mayor importancia en tu vida.

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