Descifrando las etiquetas

Aunque la mejor recomendación que puedo darte en cuanto a alimentación es que consumas alimentos que no vengan en empaques (cajas, fundas, latas, etc.), debemos aceptar que en muchas ocasiones es necesario recurrir a la conveniencia. Una manera para hacer una elección en este sentido, es poder interpretar la información nutricional del producto que vamos a consumir.

Cuando empecé a hacerme más consciente de lo que comía y me interesé por llevar una dieta más “limpia”, me di cuenta que entender las etiquetas de los alimentos que vamos a consumir es parte importante en este proceso. Hay opciones mejores que otras.

El mercadeo no nos hace esta tarea más fácil, pues tenemos que convertirnos casi en detectives para poder descifrar los ingredientes reales que componen un producto. A veces siento que la idea del empaque es confundirnos, utilizando términos como natural, saludable, etc., que en realidad no significan nada.

Quiero compartirte algunos puntos que reviso para saber de manera rápida y práctica qué tan saludable es un alimento procesado. No soy partidario de obsesionarnos con los datos nutricionales y sacar una calculadora en el supermercado, pero es importante considerar algunas cosas:

  • Mientras menos ingredientes tenga y sepas lo que son, será mejor opción. Cinco o menos es ideal. El primer ingrediente de la lista es el que se encuentra en mayor proporción, y así sucesivamente. Si el primero es azúcar, ten cuidado.

  • Confirma en la parte superior el tamaño de la porción, a veces leemos los gramos de azúcar o sodio y nos sentimos bien, pero no nos damos cuenta que esos valores son para una proporción del contenido total del empaque.

  • Evita todo lo que diga “fat free” o “sugar free”, etc. En mi experiencia, la mayoría de estos productos no son las mejores opciones, pues esa grasa o azúcar han sido reemplazadas por ingredientes nocivos para tu salud.

  • Evita los productos que contengan:

    • Jarabe de maíz de alta fructosa y edulcorantes artificiales (aspartame, sacarina, sucralosa, acesulfame, eritritol, sorbitol, xylitol). Hay mucha información que confirma lo nocivo para la salud que son estos endulzantes obtenidos químicamente.

    • Aceites hidrogenados de soya, maíz o canola. Estas son grasas no saludables.

  • Ten presente las cantidades recomendadas por día de azúcar y sodio:

    • 20g para mujeres y 36g para los hombres, en cuanto a azúcar.

    • Sodio: menos de una cucharadita (teaspoon) al día. Esto es entre 1,500 y 2,300 mg.

  • La info de los porcentajes que siempre está a la derecha no es de mucho valor. Esos % están calculados en base a una dieta de 2,000 calorías y todos tenemos necesidades diferentes de alimentación.

  • Sé un poco más precavido con los alimentos que consumes de manera recurrente. Además de lo anterior, revisa si contienen algún ingrediente que te parezca raro y “googléalo” a ver que tal.

Considera estos puntos cuando debas de consumir alimentos procesados y podrás elegir mejores opciones. La idea no es encontrar el producto perfecto, es hacer el hábito de saber qué es lo que estamos consumiendo y dándole a nuestros hijos. Además, con lo que eliges comprar envías un mensaje a las grandes corporaciones para que se mantengan mejorando la calidad de sus productos.

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