Dormir más o dormir mejor

Cuando hablamos de dormir bien, enseguida surge la pregunta: ¿Qué es más importante, la cantidad de horas que duermo o la calidad de esas horas?

La respuesta corta es que ambas, ya que una dependerá de la otra. Es muy difícil alcanzar buena calidad de sueño durmiendo 4 ó 5 horas cada noche. A pesar de esto, es muy común que solo prestes atención a la cantidad de horas que pasas en la cama.

Para que esas 7-9 horas (recomendación para un adulto de 18-60 años) que deberías estar durmiendo cada noche sean de calidad, debes llegar a completar varios ciclos de sueño de 90 minutos cada uno. Esto asegura que estés alcanzando suficiente cantidad de sueño REM, fase de sueño que ocurre al final de cada ciclo y en la que ocurren procesos de reparación importantes, sobre todo para tu cerebro.

Medir la calidad de tu sueño puede ser retador, y aunque hoy día hay algunos dispositivos que pueden ayudarte en ese sentido (relojes, pulseras, anillos, etc.), no son 100% exactos y en algunos casos generan cierto estrés y ansiedad, sobre todo cuando ves valores que no son los que esperas.

Hay algunos factores que te darán una aproximación bastante buena en cuanto a la calidad de sueño que estás teniendo:

  • Continuidad: Tu habilidad de mantenerte dormido con las menos interrupciones posibles. Si despiertas un par de veces para ir al baño y retomas el sueño en 20 minutos o menos, no pasa nada.

  • Eficiencia. Esto se refiere a cuánto tiempo del que estás en la cama lo pasas realmente durmiendo. La recomendación es que duermas al menos un 85%.

  • Ritmo. Para que el sueño sea de calidad debe ir a tono con tu ritmo circadiano, es decir, irte a dormir y despertar a la misma hora todos los días. Esto asegura que estarás alerta en horas específicas del día, y en otras buscarás dormir.

  • Satisfacción. Preguntarte al despertar: ¿Tengo ganas de empezar el día? ¿Siento que tuve un sueño reparador?

  • Energía. Qué tal sostienes niveles de energía durante todo el día. ¿Eres capaz de funcionar adecuadamente (física y mental) durante toda la tarde?

Si sientes que en algunos de los puntos anteriores tienes oportunidad de mejora, es muy probable que tu calidad de sueño no sea óptima. Cuando haces ajustes en estos puntos, tus niveles de energía, enfoque y productividad se elevan considerablemente.

Definitivamente que cuando hablamos de cantidad y calidad de sueño, ambas son igualmente importantes. Pero es mucho más frecuente que las personas presten menos atención a la calidad por desconocimiento sobre cómo medirla.

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