El poder de cuestionar

En el libro “El quinto acuerdo”, Don Miguel Ruiz nos plantea lo siguiente: Sé escéptico, pero aprende a escuchar. Leyendo este libro hice mucho click con esta idea, pues aplica perfectamente al approach que me gusta utilizar con todo lo relativo a salud y bienestar. La cantidad de teorías sobre lo que funciona y lo que no, puede llegar a ser abrumadora en el mundo de la salud integral, por lo que ser escéptico al principio, puede resultar en nuestro favor. Es adecuado cuestionar las cosas, sobre todo esas promesas que parecen demasiado buenas para ser reales.

No obstante, cuando escucho detenidamente y absorbo la información que se presenta ante mi, soy capaz de sentir como esta resuena dentro de mi y cómo es aceptada por mi intuición. Me coloco en una posición de cuestionarla, pero a la vez puedo reconocer si hace sentido para mi mostrar apertura y darle una oportunidad. Incluso pasa que algo que en un momento de mi vida no tenía sentido, hoy es algo que quiero experimentar.

Cuando hablamos de prácticas y rituales de bienestar, no es necesario descifrar cuál es verdad y cuál no, cual funciona y cuál no; sino que se trata de cuál es verdad para mí; y de si esa práctica puede ser algo que funcione en mi vida de acuerdo a mi individualidad como persona.

Y por esto, en muchas ocasiones lo importante será probar y darme la oportunidad de experimentar. La clave es hacer esto con las cosas que que resuenan para mi y por las que siento una genuina curiosidad; no porque está de moda, o porque es lo que recomienda un gurú del bienestar, sino porque es es lo que se siente bien para mí.

Don Miguel Ruiz se refiere a esto como encontrar tu verdad. Toma lo que funcione para ti para construir esa verdad, y lo que no funcione ignóralo, sin juicios. Claro está, esto no aplica para situaciones médicas ni protocolos de medicación; me refiero a prácticas y hábitos para construir bienestar.

Una parte importante de construir esa verdad, es que seas escéptico contigo mismo, con los pensamientos que genera tu mente: soy muy viejo, no tengo tiempo, no soy bueno en eso, es que yo soy así, etc. ¿Es esto realmente verdad? ¿Tengo evidencia en mi pasado de que no es así?

Vale la pena detenernos en el camino y preguntarnos: ¿En qué área de tu vida has creado una verdad distorsionada? Una verdad que no está sumando a tu vida ni a tu bienestar.

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

De la información a la transformación

Siguiente
Siguiente

¿Cómo te puede ayudar el ayuno intermitente?