No sé lo que quiero

No saber lo que queremos en algún área importante de vida o en varias, es algo por lo que todos pasamos en alguna etapa de nuestra vida. En muchas ocasiones, es un sentimiento que puede durar meses y hasta años, incluso sin que necesariamente seamos conscientes de ello, y nos veamos persiguiendo objetivos que en realidad no son nuestros. Nos encontramos de repente bajo metas que han sido impuestas por la sociedad, nuestros padres o por las creencias que tenemos de cómo debe ser la vida.

Partiendo de mi experiencia personal y de muchas situaciones que me ha tocado trabajar con clientes, me he dado cuenta de que una de las causas de este sentimiento, es la desconexión que tenemos con nosotros mismos, con nuestra intuición. Más a menudo de lo que quisiera, suele ser causada por vivir en automático, arropados por las distracciones del mundo moderno y enfocados en el hacer para tener.

Cuando no cultivas momentos de introspección para estar contigo mismo, se hace muy difícil conectar con esa intuición para reconocer lo que realmente quieres. Esto no significa que tienes que ir a una montaña a hacer un retiro espiritual, ni sentarte a meditar por dos horas. Significa que debes ser intencional con generar esos momentos para estar contigo mismo y hacerte la preguntas: 

  • ¿Qué realmente quiero en cada área importante de mi vida? 

  • ¿Qué es importante para mí? 

  • ¿Qué tipo de persona quiero ser?

La mejor forma que conozco para responderlas, es sentarte tranquilo, sin ninguna pantalla ni distracciones cerca, y con lápiz y papel en mano, ser completamente sincero con ese cuaderno y empezar a plasmar el camino que quieres recorrer. Luego de esta exploración y ampliación de tu contexto mental, toca atreverte a accionar, darte la oportunidad de equivocarte, de experimentar nuevas cosas, conocer nuevas personas y empezar a hacer las cosas diferente a como siempre las hemos hecho. Es cuando sales de las rutinas y actividades que conoces, que rompes un poco con esas creencias y programaciones que no te permiten hacerte consciente de lo que es posible para ti. Para esto se requiere, además, sacar de automático las excusas usuales: no tengo tiempo, estoy muy viejo para eso, tendría que empezar desde cero, no tengo los recursos, etc.

Mi invitación para ti es a que dejes de estar ocupado estando ocupado, y conectes con que sacar esos 15 ó 20 minutos, puede sumar años de calidad a tu vida. Y, claro, quizás las respuestas que buscas no llegarán con sentarte dos o tres veces; quizás requieras algo más que eso. Quizás debas integrar este hábito en tu vida. Lo que sí te aseguro es que entrar en un proceso intencional de encontrar esas respuestas, puede llegar a hacer toda la diferencia entre vivir una vida que quieres o ser un velero que va hacia donde te lleve el viento.

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