Presencia intencional

Como seres humanos, tenemos una tendencia natural hacia trazarnos metas y objetivos, hacia querer progresar; en nuestro trabajo y en nuestra vida personal. Y esto, es positivo. Solo que en ese camino de querer buscar y buscar, a veces perdemos de vista el momento y es como que empezamos a vivir en una matriz que está fuera de nosotros, en el futuro. Nos enfocamos tanto en lo próximo, que lo que tenemos en las manos pasa desapercibido. Es un efecto muy parecido al de sentarse a comer enfocado en terminar el plato, no en saborear cada bocado.

Y esto pasa no solamente con nuestros objetivos, sino que interfiere en cómo nos relacionamos con nuestra pareja, hijos, padres, hermanos, amigos y colegas. Piénsalo: ya rara vez tenemos conversaciones dónde realmente escuchamos a la persona que tenemos en frente. ¿Cuándo fue la última vez que hablaste por más de 20 minutos con una persona sin la interrupción de un dispositivo?

Esto es algo que, a nivel personal, siempre debo recordar, pues me ha pasado que en ocasiones miro hacia atrás y no siento que realmente viví una situación en particular. La recuerdo, pero si trato de pensar en los detalles de cómo me sentía exactamente en ese momento, no logro conectar. Y esto sucede por lo regular, cuando vivimos experiencias en las que no estamos en presencia. Nos enfocamos en el destino y no apreciamos las flores del camino.

Hoy día es más difícil que nunca estar en presencia, pues hay mucho bombardeo empujándote a que pases a lo próximo. Es por esto que no podemos aspirar que el estar presente sea algo que nos fluya de manera natural, sino que debemos provocar intencionalmente esa presencia. ¿Cómo? Aquí te comparto algunas de las cosas que me han funcionado:

  • Enfocarte en lo que tienes de frente ahora mismo, sea una tarea o una persona. Cuando acudes al multitasking, es más probable que la calidad de esa tarea o esa conversación se vea comprometida. Y muchas veces, esto significa poner el teléfono en modo avión, guardar el reloj de muñeca y/o calmar un poco la mente a través de hacer varias respiraciones bien profundas.

  • Inventar un recordatorio que te funcione. En mi caso, siempre uso una pulsera en la mano derecha y al verla, recuerdo que debo venir al momento presente.

  • Soltar el miedo a perderte de algo. No tienes que estar al día con todas las noticias, redes sociales y series de Netflix. Si no me crees te propongo que hagas este ejercicio: el viernes a las 9:00PM desconéctate de esas tres hasta el lunes a las 8:00AM. Estoy seguro de que no solo no te habrás perdido nada que te quite el sueño, sino que te sentirás súper tranquilo y en paz.

Mi invitación es a hacernos conscientes de que todo lo que tenemos es el momento presente. En él estás construyendo tu pasado y tu futuro, así es que en mi opinión, vale la pena procurar que lo experimentemos al máximo.

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

Abundancia como mentalidad

Siguiente
Siguiente

No esperes la vacuna