¿Qué realmente quiero?

Una pregunta que suena tonta pero que debemos no solo hacernos, sino estar seguros de llegar a una respuesta con la que estemos de acuerdo, es:

¿Qué es lo que en realidad quiero en la vida?

Cuando llegamos a la respuesta correcta, todo empieza a tener sentido y sentimos que actuamos con un propósito de vida que se convierte en el combustible principal para seguir siempre adelante.

¿A qué me refiero con la respuesta “correcta”?

Cuando me tocó profundizar en esta pregunta fue que me di cuenta que pasé muchos años aferrado a respuestas incorrectas, y vivía persiguiendo cosas que me había impuesto la sociedad, mis padres, los centros educativos a los que asistí, la costumbre, etc. La verdad es que si todos corrían, yo corría; si todos perseguían dinero, vehículos nuevos, vacaciones costosas, ¡yo también! Y les cuento, nada de malo con perseguir todas esas cosas; pues si verdaderamente las quieres, ¡persíguelas hasta conseguirlas! La observación que quiero hacer es que a veces nos proponemos objetivos que realmente no son lo que queremos, no son intrínsecamente nuestros, o más bien, no son los que realmente priorizamos en nuestra vida, ni son los que nos traerán una mayor satisfacción con nosotros mismos al conseguirlos.

Todos conocemos (o hemos sido en algún momento) personas que, vistas desde fuera, parecen tenerlo todo, pero por alguna razón si hablas de manera sincera con ellas, te cuentan que falta algo en su vida. Y en muchos casos, ni siquiera saben lo que es. En mi opinión, es solo que muchas veces nos montamos en un tren y luego que este va a cierta velocidad, ya no sabemos cómo bajar; aun sabiendo que ya no queremos ir a ese destino. He estado muchas veces en ese tren y sé que si no me mantengo cultivando hábitos positivos y enfocado en el propósito que he definido para mi vida, es muy probable que vuelva a subir.

Ese momento en que nos detenemos, y nos preguntamos: ¿Qué es lo que YO realmente quiero para mi salud, mi vida laboral, mis relaciones, mi vida?, podríamos encontrarnos con sorpresas. Digan lo que digan los medios o tus contextos, estemos de acuerdo o no, no todos queremos lo mismo, y aquí está la magia.

Te invito a que te sientes a solas contigo, lápiz y papel en mano, y definas las cosas a las que realmente quieres ponerles tu energía. Te aseguro que luego de hacer este ejercicio de manera muy consciente y de accionar de acuerdo a él, verás como muchas cosas empiezan a cobrar sentido en tu vida de una manera inesperada, ¡y las piezas a encajar!

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