Rutina para un mejor sueño

Todos ya conocemos el valor que tiene para nuestra salud diseñarnos una “rutina de la mañana”, pues el cómo vaya tu día dependerá en gran parte de lo que hayas hecho esas primeras horas luego de despertar.

En este artículo quiero compartirte que igual de importante (y en algunos casos más) es tener una efectiva “rutina de la noche”: Eso que haces la última hora antes de acostarte. De ésta dependerá que tengas un sueño que te permita realmente tener el descanso que necesitas para empezar y terminar tu día con buenos niveles de energía.

La palabra rutina se oye como algo aburrido, difícil de lograr. La verdad es que son solo esas 4 ó 5 cosas que haces consistentemente al despertarte o antes de acostarte y que te permiten ser intencional en cómo quieres que vayan tus días. Esto al final se reflejará mucho en cómo va tu vida e impactará directamente tu salud integral.

Vengo haciendo varias pruebas para ir encontrando esas cosas que me funcionan e integrarlas a mi rutina de irme a la cama en las noches. Aquí te comparto algunas que en las que ya tengo el hábito construido y otras en las que estoy trabajando porque sé que me van a apoyar muchísimo en cuanto a la calidad de mi sueño:

  • Establecer una hora para acostarme. Tener una hora fija para ir a la cama me ha ayudado mucho a ajustar mi reloj corporal para adaptar el cuerpo a dormir las horas que quiero y a conciliar el sueño más rápido. Es importante recordar que tu “rutina de la noche” debe iniciar al menos una hora antes de irte a la cama. Ser intencional y ponerte celoso con esa hora significa que estás priorizando tu sueño por encima de otras cosas que no apoyan el descanso que deseas tener cada noche.

  • Limpiar mi mente. Escribir en un diario todas mis ideas, pensamientos, emociones, etc., para así irme a la cama con la mente tranquila. Hacer algunas respiraciones profundas ayuda muchísimo a que ese momento fluya, y las ansiedades queden fuera de la cabeza.

  • Prepararme para mañana. Esto ha sido un “gamechanger” para mí pues antes preparaba el día en la mañana. Siempre que lo hago la noche antes, siento que empiezo el día con mucho más enfoque y le entro con todo. Está ligado al punto anterior, porque al liberar mi mente de los quehaceres, le estoy dando el chance de reponer fuerzas para lo que viene, sin sentir que no me preparé.

  • Cuidar la hora de cena. Tengo ya unos meses respetando esto y me ha ido súper bien. Estoy cenando al menos 2 horas antes de dormir, también cuidando que no sea una cena muy pesada para aligerar la digestión. Si vuelves a sentir hambre, revisa que no sea sed tomando un poco de agua o un té de camomila no azucarado. Digo un poco pues tomar mucho líquido antes de dormir puede que te haga despertar para ir al baño, y ya ahí se interrumpe tu descanso.

  • Preparar el ambiente. Asegurarme que la habitación está lista para el descanso: nivel de luz y temperatura adecuados, pantallas apagadas (al menos 45 min antes), la comodidad de la cama que me gusta, etc.

Tu rutina para dormir debe responder a tu bioindividualidad como persona; es decir que a través de prueba y error puedes ir encontrando cuáles son esas cosas que funcionan para tí, pues no hay una receta única para alcanzar bienestar. Puedes empezar por algunas de estas que te mencioné e ir adoptando otras que entiendas te funcionarían. Lo que sí te puedo confirmar de acuerdo a mi experiencia es lo siguiente: mi rutina de la noche es tan valiosa para mi como la de la mañana.

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