Toma el control

¿Alguna vez has considerado que podrías estar viviendo de acuerdo a estándares de otras personas? 

Incluso de acuerdo a creencias familiares o hábitos que vienen de generación en generación, que nadie ha cuestionado y que en realidad no suman a tu vida. Aunque a primera vista estas cosas parezcan raras y exageradas, son más comunes de lo que pensamos.  

Durante muchos años de mi vida estuve viviendo de esta forma. Dándole mucho valor a las expectativas que otros habían creado de mí en cuanto a aspectos tan importantes como familia, trabajo, relaciones, creencias espirituales, etc.

Pasé muchos años interpretando los roles que se supone eran los "correctos": hay que ser un estudiante sobresaliente, tener una carrera profesional para conseguir un buen trabajo, vestir siempre acorde, casarse a una edad apropiada, tener tu vivienda propia, los hijos, las vacaciones; y podría continuar con una gran lista de de las cosas que “se supone” que hayas hecho a una determinada edad.

Con esto no quiero decir que los caminos que elegí gran parte de mi vida fueron malos o que empecé a vivir desde el arrepentimiento; de alguna manera las decisiones que tomé me hicieron la persona que soy hoy día. A lo que me refiero con tomar el control, es a que sin importar en la etapa de vida en que te encuentres, detente y pasa balance sobre los aspectos importantes, solo para confirmar que fuiste tú que pusiste las coordenadas en el GPS; que tú definiste hacia dónde vas, sin importar si para los demás es correcto o no. Cuando no es así, y por experiencia propia te digo, llega un punto en que experimentas una gran desconexión contigo, con todos tus roles y con las personas que te rodean. Y esta desconexión puede venir acompañada de depresión, ansiedad, soledad, etc.

Mi invitación para ti es a que si te sientes desconectado de áreas importantes de tu vida, tomes el control. Empieza hoy a ponerte en el camino que quieres transitar dando un paso a la vez, pero con firmeza.

No tienes que cambiarlo todo a la vez. En mi caso, primero trabajé en mi matrimonio y mi familia, y luego en mi vida laboral; y no siento para nada que he llegado a la meta, pues es un camino que entiendo no termina. Pero sí te puedo decir que voy disfrutando mucho el recorrido y enfrento los retos que se presentan con optimismo e intención; pues hoy día tengo muy claro en mi brújula hacia dónde voy. 

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

¿Quién decide lo que comes?

Siguiente
Siguiente

Hoy es el mejor momento