Tu cuerpo es un laboratorio: ¡Experimenta!
Estos últimos años, he ido probando diferentes cosas en las diferentes áreas de vida que construyen mi bienestar. Cuando tomé la decisión de poner atención a mi alimentación, a comer mejor para sentirme mejor, encontré en mi camino una serie de mentores que me condujeron hacia el vegetarianismo y el veganismo. Empecé a consumir información sobre esta forma de alimentación e inicié también a practicarla en mi vida.
Esto es lo fabuloso pero también lo difícil de vivir en esta época de la información: no importa qué cosas defiendas ni de qué lado estés, vas a encontrar información que valide eso; lo que hace que la toma de decisiones sea mucho más complicada. Sin embargo, lo mismo pasa si buscas lo contrario a eso que defiendes.
Debo admitir que empecé a ver algunos resultados positivos, sobre todo en cuanto a control de peso - luego entendí que estos no se debían exclusivamente a que estaba practicando el veganismo, sino que había dejado de comer una gran cantidad de alimentos procesados y había empezado también a realizar otras prácticas de bienestar que nada tenían que ver con alimentación, pero que fueron impactando poco a poco en cómo me sentía. Fue un efecto dominó que empezó con un buen hábito, que fue inspirando otros.
Aunque el mantenerme apegado a esta nueva forma de comer produjo que empezara a perder unas cuantas libras que tenía de más, sentía que a nivel de aumentar masa muscular me era muy difícil progresar (factor importante para nuestra salud). Y a pesar de esto y no de manera perfecta, duré algunos años apegado a esta forma de alimentación; aunque en ocasiones comía pescado, daba prioridad a obtener mis requerimientos de proteína de fuentes vegetales.
No fue hasta que me dejé llevar de la curiosidad de experimentar y entender más a fondo la alimentación, que empecé a darme cuenta de que algo no estaba funcionando de manera adecuada; pues aunque sentía que estaba “comiendo bien”, seguía sin ver resultados de mis horas de entrenamiento físico y mis niveles de energía no estaban donde quería.
Empecé a ver el panorama completo, a cuestionar; a documentarme buscando nuevas fuentes de información y a probar, introduciendo poco a poco más proteína animal a mi dieta. Así fue como me empecé a sentir cada vez mejor, notando el cambio en cuanto a masa muscular y mis niveles de energía empezaron a aumentar considerablemente. Además empecé a ver que me resultaba mucho más fácil planificar las tres comidas que hacía cada día, pues para llevar lo que considero un veganismo saludable, hay que tener muy en cuenta cómo vas a combinar cada comida.
¿Para qué te cuento esta historia?
Para decirte que el bienestar es un camino que hay que recorrer, no solo una teoría que puedo leer en un gran libro y me decido a cambiar mi vida. En muchas ocasiones, esa claridad que estás buscando se encuentra mirando el espejo retrovisor las acciones que has realizado.
Hoy día tengo mucho más claridad de qué funciona para mí en cuanto a alimentación. Estoy claro de que seguir una dieta “restrictiva” no va conmigo porque no me siento cómodo en los extremos de nada; me gusta jugar en el medio y darme la oportunidad de experimentar. Claro, respetando siempre los principios básicos de la alimentación que incluso están considerados en la mayoría de las “dietas” que vemos. Pero eso soy yo. ¿Y a tí? ¿Qué te gustaría experimentar?
Aquí te comparto algunos aprendizajes de lo que ha sido para mí el camino hacia una alimentación que me apoye:
Una alimentación adecuada no se trata de saber cuál dieta es la mejor, se trata de probar y descubrir cuál es la mejor para tí y tus objetivos.
No considero que el veganismo sea negativo, simplemente no me funcionó a mí y pienso que para obtener los niveles de proteína que requieres siendo vegano, hay que poner un esfuerzo y enfoque importantes en planificar lo que vas a comer. En mi experiencia personal y con clientes, la mayoría de las personas no pueden dedicar esta cantidad de energía y tiempo a la alimentación, que aunque es muy importante, es solo un aspecto del bienestar.
Comer alimentos no procesados y cumplir con tus requerimientos de proteínas, grasas saludables y carbohidratos de calidad debería ser la dieta universal.
Aprender a comer es uno de los mejores regalos que puedes darte en la vida. Cuando pones comida de calidad en tu cuerpo, la experiencia es en 4D.
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