Tus creencias definen tu vida

¿Has pensado en que una gran parte de las decisiones que tomas están basadas en esas creencias que has construido a través de tu vida?

Mis creencias no solo condicionan la forma en que veo el mundo, sino la forma de verme a mí. Cualquier cosa que secuestra mi forma de funcionar es una creencia. Aquí te dejo algunas muy comunes:

  • Ya tengo 60 años, es imposible empezar de nuevo (aplica para lo laboral, relación de pareja, nuevo hobby, mudarse de ciudad, etc.).

  • El amor es un sacrificio.

  • La vida es dura.

  • Después de cierta edad, de algo hay que sufrir.

  • Las personas de mi edad no consiguen trabajo. 

  • Todos los hombres son iguales.

  • Todas las mujeres son manipuladoras.

  • Todos necesitamos dormir 8 horas.

  • El desayuno es la comida más importante.

  • Mi sobrepeso se debe a lo mucho que como.

Hacernos conscientes de que nuestras creencias son generalizaciones que hemos construido a partir de nuestras experiencias (muchas de ellas en la infancia), nos abre a la posibilidad de cuestionarlo todo, y eso es algo liberador; pues no tenemos que mantenernos rígidos ante nuestra forma de ver las cosas, pues esto puede terminar por limitarnos y es importante reconocer que desde esas creencias co-creamos nuestra vida.

Desde este punto de vista, nos damos cuenta de que no hay verdades absolutas y cada quién tiene su verdad, de acuerdo a ese sistema de creencias que ha ido construyendo y de acuerdo a las experiencias de vida que ha ido acumulando y la interpretación que ha hecho de ellas. Es algo maravilloso cuando simplemente me pongo en los zapatos del otro, entro en su contexto y me doy cuenta de que no se trata de tener la razón; se trata de tener empatía y darme cuenta de que su forma de ver la vida sencillamente se debe a una construcción que ha hecho de acuerdo a las circunstancias que le han tocado.

Las creencias no son ni buenas ni malas. Se trata de ver si alguna de las que tienes te está impidiendo avanzar hacia lo que quieres y adaptarla al nuevo contexto.

Quizás lo más interesante de todo esto, es que siempre puedo cambiar una creencia por otra que sea de mayor utilidad para mí, y aunque esto es más fácil decirlo que hacerlo, es totalmente posible y está disponible para cada uno de nosotros. A partir de aquí podemos construir nuevas realidades para nosotros que se adapten a eso que hoy valoramos y que nos permitan interpretar de mejor manera el entorno.

Las cosas que hago, la forma en que me relaciono, mi trabajo, mi alimentación, mi salud y bienestar; todo en mi vida gira alrededor de esas creencias. Darme cuenta de que puedo revisarlas y cambiar esas que en algún momento funcionaron pero ya hoy no suman a mi vida, es algo a considerar; sobre todo en este inicio de año en el que muchos de nosotros estamos planteándonos algunos cambios en nuestra vida.

Una forma de empezar a revisar las creencias que he venido construyendo es haciéndome preguntas:

  • ¿Para qué creo eso? ¿En qué me beneficia?

  • ¿Qué historias me estoy haciendo para justificar eso que no funciona en mi vida? ¿Tengo evidencia de lo contrario?

  • ¿A qué resultados me están llevando esas cosas en las que creo?

La invitación es a revisar cuáles son las creencias que tienes en cada área importante de vida y tomar luna decisión consciente de si quieres continuar con esas creencias, o si quieres modificar alguna y adecuarla a tu situación actual de vida. No permitas que tus creencias secuestren tu identidad, tus capacidades y las cosas que son valiosas para ti. A través de nuevas experiencias creamos nuevas creencias. ¡Atrévete!

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