¿Y cuál es el apuro?

Hay un comportamiento muy común y que nos sucede a muchos de nosotros: Nos pasamos años sin poner atención a nuestra salud física y mental; de repente nos apuntamos en un programa de bienestar y cuando en un mes no vemos resultados, nos desmotivamos y terminamos diciendo que eso no es para nosotros.

Tenemos que reconocer que la “gratificación instantánea” es un fenómeno que nos ha afectado a todos de alguna manera. Hoy día las posibilidades en ese sentido son muchas: Quieres ver una película o escuchar tu música preferida, un click; quieres comprar algo, comer algo o realizar una transacción bancaria, unos cuantos clicks y listo. Quieres información sobre un tema, escribes en el buscador y hay más información de la que puedas leer en meses.

Aunque esto ha tenido su auge hace relativamente poco tiempo (10-15 años), ¡vaya que nos hemos acostumbrado muy bien! Incluso, tengamos presente que también contamos con plataformas que promueven esta gratificación instantánea a nuestra parte emocional (ej. Likes en redes sociales), lo que consolida aún más ese comportamiento en nosotros.

Y ojo, no es que esto sea del todo negativo, por el contrario; ha hecho que nuestra vida sea más fácil en muchos sentidos ahorrándonos tiempo, dinero y permitiéndonos conectar con seres queridos sin importar la distancia. Claro, siempre y cuando demos un uso consciente y responsable a estos recursos.

El inconveniente se presenta cuando queremos modelar este tipo de comportamiento para obtener resultados rápidos que impacten nuestra salud y entonces llegamos a frustrarnos, pues nos damos cuenta de que cuando se trata de nuestro bienestar, las cosas no se logran en tiempo récord. Y esto, tiene una razón de ser.

Luego de haber experimentado muchos de los programas que prometen que en unas semanas alcanzarás el mejor estado físico y mental que has tenido, estoy convencido que empezamos a generar bienestar en nuestra vida cuando realizamos un verdadero compromiso con construir comportamientos que nos coloquen en la dirección correcta; y esto, toma tiempo. ¿Por qué? Porque es un proceso de aprendizaje y autoconocimiento; de entender que lo que funciona a otros no necesariamente funciona para mí y que el verdadero bienestar llega cuando encuentro esas prácticas que van con mi individualidad como persona, cuando se ajustan a las cosas que realmente quiero y con la etapa de vida en la que me encuentro. Esto requiere de experimentar y realizar prueba y error hasta ir encontrando esas cosas que funcionan para mí. ¿Es posible? Estoy totalmente convencido que sí y que construir prácticas desde ese trabajo consciente, asegura resultados sostenibles en el tiempo, que al final es algo que muchos valoramos.

A diferencia de la gratificación instantánea, el autor Daniel Goleman nos muestra que la gratificación aplazada o retardada está asociada a un mejor autocontrol y correlacionada con un mejor rendimiento académico, laboral y social; confirmando que es un aspecto fundamental para una adecuada inteligencia emocional.

La invitación con este artículo es a mirarte e identificar en qué aspectos de tu vida la búsqueda de esa gratificación instantánea no te está permitiendo trabajar profundamente en ti, en aprender de los procesos y en generar resultados que verdaderamente respondan a cómo quieres sentirte física y mentalmente. Empezar poco a poco a no responder a impulsos que terminen por alejarte de esos objetivos de salud que son importantes para ti.

Si encontraste valor en este artículo, compártelo con alguien a quien pueda servirle y escríbeme a tirso@holistico.do para que me dejes saber tu opinión. ¡Un abrazo!

Anterior
Anterior

Tus creencias definen tu vida

Siguiente
Siguiente

El protagonismo de lo negativo